«LAS TRASAS DE KEN ANDARON ENDJUNTOS NUNKA PODRAN SER ABALDADAS»
«LAS HUELLAS DE QUIENES ANDUVIERON JUNTOS NUNCA PODRÁN BORRARSE»
El Huerto de Sefarad es un excepcional espacio recuperado de la judería de Úbeda, está situado en lo que posiblemente fueron huertos judiegos o vergeles, ya que linda a poniente con la Puerta de Granada y a levante con la entrada a la judería que desemboca en la Plaza Carvajal.
Este tipo de huertos, extramuros pero protegido por los adarves, tan cercanos a la judería, eran especialmente codiciados ya que podían ser custodiados por la comunidad judía. Lo que se cultivaba en ellos era puro y apto para la ritualidad que las leyes del Cashrut exige en la cocina y las festividades hebreas (sobre todo el vino); además el huerto de Sefarad está regado con aguas puras, de un manantial subterráneo, así que nadie podía contaminarlo y lo hacía especialmente atractivo para cultivar en él viñas judiegas de la comunidad, cuyo vino era vendido para el sostenimiento económico de obras de caridad, huérfanos, viudas y el hospital judío. Un ejemplo lo tenemos en la judería de Huesca con la «vinea de Helemosina iudeis» (viña de la limosna judía) que con la venta del vino que generaba se sufragaban los gastos del
hospital judío.
Para mi, como cocinero y director del proyecto Sabores de Sefarad de la Red de Juderías de España: Caminos de Sefarad, es un gran honor participar en estos primeros «Almuercikos sefardíes» en la esplendida ciudad de Úbeda. Cocinar con productos recién recolectados y cocinarlos en el propio huerto es un lujo que pocos cocineros tienen Este tipo de eventos y espacios son una magnífica oportunidad para estudiar, difundir y valorar la gastronomía judía, así que felicitamos a la familia Crespo-López que una vez más, con la creación y rehabilitación de este excepcional espacio, han tenido la sensibilidad y generosidad de incorporar a la historia ubetense también el legado judío.